Gradiva – Vol. XIII – n. 1 – 2024 – pp. 20-29
La noche como concepto viene a acompañar el pensar en torno al proceso analítico del lado del lugar del analista y su escucha; desde el hacer silencio en sí y la posición de hospitalidad, se favorece el acceso a lo que no tenía previamente acceso por otras vías, para así, crear proceso. Allí donde no hay luz o la luz no ilumina el camino analítico aparece la noche con lo poético y lo oblicuo de la significación, lo cual permite percibir otras formas y habitar otras temporalidades, que abren espacio a lo creador.